lunes, 10 de septiembre de 2012

TORNEO INICIAL 2012 _ FECHA 6 _
Independiente 1Quilmes 1

Cerveza pesada
Independiente empató 1-1 con Quilmes y sigue sin victorias en el Torneo Inicial. El Cervecero estaba arriba gracias a Mansilla, pero Farías puso la igualdad. Ultimo en los promedios, el Rojo se complica.

Independiente estaba más necesitado que nunca. Los resultados ajenos -además de la sequía de gol y, obvio, de puntos- obligaban a que el Rojo sumara de a tres ante el complicadísimo Quilmes. Atlético Rafaela, San Lorenzo y hasta San Martín de San Juan habían obtenido sus victorias. Así, el equipo de Américo Rubén Gallego salió al Libertadores de América con únicamente un resultado válido: la victoria. Y, como le viene ocurriendo, no pudo cumplir con su objetivo.

La historia no arrancó de la mejor manera. En un encuentro de trámite parejo, el Cervecero fue siempre más claro. Con Miguel Caneo inspirado de a ratos y Martín Cauteruccio moviéndose por todo el frente de ataque, Quilmes era el más profundo de los dos. Así, llegó el gol de Jacobo Mansilla, quien después de un buen pase del Chino -y con Independiente mal parado en el retroceso- metió un disparo potente que Hilario Navarro no pudo tapar.

El equipo de Omar De Felippe gozó de un par de situaciones más para estirar la ventaja antes de irse al descanso, pero el arquero del Rojo estuvo bien de reflejos. Ya en el segundo tiempo, los de Gallego salieron más decididos y lograron empatar: Osmar Ferreyra, de lo mejor del conjunto del Tolo, armó una buena jugada por izquierda y Ernesto Farías sólo tuvo que empujarla.

Esto generó cierto -leve- impulso en los de Avellaneda, pero Martín Benítez, con apenas 7' minutos en cancha, vio la roja tras chocar con Joel Carli. Con un hombre menos, y pese a los intentos del Tecla y Hernán Fredes, Independiente ya no pudo molestar a Emanuel Trípodi. Quilmes se llevó un punto del Libertadores; el Rojo, con apenas tres puntos y dos goles, sigue último en los promedios. Sin dudas, una cerveza que cae pesada.


Benítez y andate

El pibe duró apenas siete minutos en cancha: a poco de entrar, el árbitro lo expulsó por un manotazo a Carli. Delfino se fue insultado por toda la gente.

En ese trayecto, en esos 40 metros interminables, Martín Benítez habrá querido esfumarse, desaparecer, que se lo tragara la tierra. El delantero se fue hacia el túnel con la mirada clavada al piso y el ánimo estrujado. No quería levantar la cabeza. Claro, a unos diez metros, el indómito temperamento de Américo Gallego parecía anticipar un reto insoslayable. Pero no. “¿Qué pasó?”, le preguntó el DT. Benítez respondió con gestos y el Tolo, quien también había sido expulsado por protestar, lo consoló de modo paternal.

Por impericia, candidez o por la extremada severidad de Germán Delfino, Independiente se quedó con diez a los 29’ del complemento. Apenas habían pasado siete minutos desde su ingreso (entró a los 21’ del ST por Víctor Zapata) cuando el punta fue a disputar una pelota dividida con Joel Carli y reaccionó con un manotazo que rozó la cara del defensor de Quilmes. En ese momento Germán Delfino ya había dictado la sentencia: expulsión. Lo cierto es que Carli respondió a esa agresión de Benítez, tirándole una patada, aunque ni siquiera fue amonestado. A partir de ese momento, la leve, casi imperceptible inercia posterior al empate de Farías, se detuvo en forma repentina. Y los hinchas le descargaron sus frustraciones al árbitro. Si bien Delfino sólo dirigió cuatro veces al Rojo, el encono data desde el 6 de junio de 2011, cuando dirigió un partido en el que el Rojo cayó ante Lanús por 2 a 1 y cobró un penal a fa vor del Granate.

Ayer, el árbitro acertó al no sancionar penal tras una mano de Carli en el área, ya que fue casual. “No hablo de los árbitros pero a veces hay que hacerlo porque algunos están un poquito... No voy a decir la palabra”, comentó Gallego. A veces, el silencio es salud.


Y jugó el Avispa...

Y un día, de manera impensada, Julián Velázquez volvió a jugar con la camiseta de Independiente. Después de haberse frustrado su pase al Genoa de Italia, el defensor regresó el viernes al país y casi con un solo entrenamiento con el plantel, el Tolo lo puso de titular ante Quilmes. Esta vez como segundo zaguero central (Tula fue de 2) y con nuevo número de casaca (la 18 que dejó vacante Gabriel Milito), Velázquez tuvo una tarea regular. Ganó varios mano a mano aunque se comió el caño de Caneo en el gol de Quilmes. “Para mí jugó bien. No tuvo problemas, anticipó siempre, no le ganaron en toda la tarde”, lo definió Gallego.

Fuente : Olé

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