domingo, 29 de abril de 2012

TORNEO CLAUSURA 2012 _ FECHA 12 _
Independiente 2Banfield

De guante Rojo
Como si tuviera uno en el pie, el Malevo Ferreyra abrió el partido con un tremendo zapatazo, y después le puso una pelota en la cabeza a Farías para que clavara el 2-0 ante Banfield. El Rojo lleva cinco sin perder y se puso a siete de Boca.

La superioridad era elocuente, pero faltaba algo: esa llave que abriera el camino a la victoria. Y el portador de semejante responsabilidad terminó siendo Osmar Ferreyra, quien con su fino pie protagonizó el triunfo 2-0 de Independiente sobre Banfield.

El Taladro de Acevedo aguantaba las embestidas del Rojo que, presionado por los cantos de su gente, iba para adelante sin muchas ideas. Hasta que apareció el Malevo y, con el guante que tiene en su botín, reventó el arco de Lucchetti con un zapatazo infernal.

Pero hubo más, porque el volante no se quedó conforme y minutos después pateó un tiro libre exquisito donde la pelota buscó a Farías y el goleador se encargó de acompañarla a la red con un cabezazo firme. Banfield, puro nerviosismo, jamás insinuó una remontada.

Triunfo clave de Independiente para formular una racha de cinco partidos sin conocer la derrota (tres victorias y dos empates). Opuesta es la realidad del Taladro, que apenas pudo vencer a Olimpo desde la llegada del uruguayo Acevedo.


El Rojo contra la barra La gente de Independiente cantó contra la barrabrava, que dejó su espacio libre y le apuntó al presidente Cantero: "Hasta que renuncie no hay fiesta", dijo con sus trapos. El dirigente cortó la relación cuando asumió.

Una de las primeras medidas de Javier Cantero en su asunción como presidente de Independiente fue cortar la relación directa entre la presidencia y la barrabrava. Con escarches de los barras en los torneos de verano, se vio que la valiente medida iba a traer consecuencias. Y, en el partido contra Banfield, los violentos volvieron a manifestar su descontento. Aunque la gente se puso del lado del presidente...

La barra decidió dejar vacante su lugar en la tribuna, mostrando sus bombos y banderas pero sin cantar. Además colgó trapos que tenían como destinatario directo a Cantero: "Hasta que renuncie no hay fiesta", rezaban. Pero más allá de la medida de la barra, los hinchas comunes sí tuvieron una actitud para destacar: cantaron contra ellos y los trataron de mercenarios. Independiente, a través del presidente y de sus genuinos fanáticos, trata de combatir a su barrabrava.

Fuente : Olé

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